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Características principales

Título del libro
Las inundaciones en Celaya a traves del tiempo
Subtítulo del libro
El Bajio
Serie
[None]
Autor
Jose Antonio Martinez Alvarez
Idioma
Español/Inglés
Editorial del libro
Independently Published
Edición del libro
Spanish Edition
Es kit
No
Tapa del libro
Blanda
Volumen del libro
[None]
Tamaño de la letra
None
Con índice
No
Año de publicación
2019
Marca
Jose Antonio Martinez Alvarez
Modelo
None

Otros

Cantidad de páginas
202
Altura
0 cm
Ancho
0 cm
Tipo de narración
[None]
Tamaño del libro
[None]
Con cremallera
No
Color del canto
None
Colección del libro
None
Edad mínima recomendada
0 años
Cantidad de libros por set
0
ISBN
00010737522089
Ilustradores
None
Lugar de publicación
None
Código IBIC
[None]
IBIC
[None]

Descripción

Las inundaciones en Celaya a traves del tiempo (El Bajío)


A diferencia de otros lugares del país o del extranjero, donde los habitantes afectados encararon el desafío de los elementos con obras materiales de gran calado que buscaron resolver integralmente la hostil morfología natural, en el caso concreto de Celaya nunca se intentó realmente poner un remedio energético, por lo que las calamidades se siguieron registrando con mayor o menor intensidad en el transcurso los anos.Como el Ayuntamiento siempre adolecio de falta de recursos económicos, lo único que se hizo a lo largo del tramo colonial fue paliar con pequenos parches los efectos de los desbordamientos, de modo que estos se convirtieron en el pan de cada día o noche de tormentas.Por ello fue que durante la época virreinal esta situación siempre se mantuvo como un enemigo indeseable, pero siempre casi temido en los meses de junio y julio y sobre todo agosto y septiembre de cada año.Las cosas no se remediaron ni mucho al advenimiento de la Independencia, sino que mas bien empeoraron con motivo de los trastornos políticos y sociales que generaron las luchas entre conservadores y liberales, dejando los erarios municipales del país prácticamente agotados, sin alternativa para incidir en la realización de obras públicas de beneficio colectivo. Durante el Segundo Imperio, tampoco se abrieron perspectivas de mejora, puesto que el horizonte político y económico del país tendió a agravar y a los auxilios pecuniarios que se solicitaron para reparar los bordos del río Danado nunca llegaron.Con la restauración de la Republica, emergida de un agudo desangramiento social y económico, las inundaciones provenientes del Río de La Laja y del Querétaro o Apaseo, siguieron complicando la existencia a los Celayenses.En el período presidencial de Porfirio Díaz, los particulares establecieron un sistema de distribución de aguas a partir de la Presa de Labradores, que retenía una parte del caudal de las lluvias y sobre todo contribuyo a irrigar una amplia superficie, conforme a bases equitativas que permitieron el florecimiento de la agricultura.En el año de 1912 se registró una de las peores inundaciones en Celaya, a pesar de que se abrieron numerosas bocas del Río de Janeiro La Laja, que al salirse de su cauce, causó un grandisimo estrago con las avenidas que anegaron a la ciudad y la redujeron a tres cuartas partes de sus dimensiones urbanas. El altruismo de los celayenses menos afectados devino entonces una esplendida leccion de solidaridad, que palio en buena medida las aflicciones de los damnificados, junto con el apoyo que brindaron las autoridades del Estado y de la Federación. Mientras tanto, lo mismo autoridades que vecinos de la ciudad y agricultores, siguen dirigiendose a las instancias políticas superiores en sus distintos niveles, para solicitar la anorada construcción de una presa en la depresión geológica adecuada que se localizaba en el Rancho de Begona. Contra la realización de este proyecto se concitaron diversas fuerzas sociales y económicas, hasta que el gobierno federal no se percato de que los danos que siguen ocasionando las inundaciones a Celaya y a las poblaciones circundantes, eran mayores que los intereses que se buscaron no perturbar, es decir, los de la compañía hidroeléctrica de Chapala. Finalmente, con la inauguración de la Presa Ignacio Allende, en el año de 1969, pareque se resolvió en definitiva el problema secular de las inundaciones; las medidas que en la localidad asumieron las autoridades subsiguientes, con el apoyo de la Federación y del gobierno del Estado, se han distinguido por su enfoque integral, derivando en la construcción de un Parque Lineal, y de bordos realmente resistentes en las márgenes del río, de tal manera que sus frecuentes amenazas de antano se han reducido a una escala mínima, que no descarta, sin embargo, el peligro de algún desbordamiento de verdadera magnitud extraordinario.

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