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Descripción

La literatura popular colombiana nos proporciona el
fantástico poema a partir del cual la Orquesta
Sinfónica de Galicia interpretó una composición
creada expresamente por el músico Andrés Valero.
Esta quinta entrega de la COLECCIÓN
SONDECUENTO, de KALANDRAKA, resulta también
muy atractiva por el peculiar estilo con el que Roger
Olmos realizó unas ilustraciones llenas de colorido.
Así, se funden la composición estética, poética y
musical, formando una obra ideal para los pequeños
lectores.
En Colombia -y en América Latina en general- son
muy abundantes las muestras de la tradición popular,
en forma de rimas y rondas infantiles; no cabe
descartar la posibilidad de que algunos de esos
ejemplos sean vestigios de antiguos romances
españoles, pasados por el tamiz del mestizaje. La
copla, de la que existen numerosas variedades, es
una de las principales formas de la expresión poética
popular.
Los poemas típicos de esta cultura ancestral reciben
nombres tan sorprendentes como bambas, cantas,
corridos, galerones o ensaladas, a los que se añaden
métricas no menos exóticas: hai-kai, rubai…. Para la
sociedad hispana estos poemas populares expresan
variadas formas de sentir; pasan anónimamente de
boca en boca, de generación en generación, de
comarca en comarca; y esa transmisión oral breve,
concisa, poética, que se cultiva en un clima especial
de creatividad, emana de un sentimiento que invita a
reflexionar sobre la vida.
El actor Sergio Pazos recita esta composición poética
con un tono solemne y acompasado. A su voz se
suma el Coro de Niños Cantores de la Orquesta
Sinfónica de Galicia, aportando un toque de dulzura y
diversión. Y es que el director de orquesta David
Ethéve interpreta a la perfección la partitura vibrante
creada por Andrés Valero, donde un sinfín de
instrumentos se conjuga a la perfección y dan lugar a
ritmos que evocan la marcha marcial, el bolero o las
canciones infantiles.
El compositor plasmó en la partitura una “música
ligera” que da libertad al público infantil para
participar en el concierto, tarareando la melodía o
acompañando a los músicos con las palmas. En un
análisis más profundo, Valero aportó “guiños” o
referencias a obras de autores clásicos cuyos
protagonistas también son animales, como
“Papillons”, de Schuman o “Pedro y el lobo”, de
Prokofiev.
El ilustrador Roger Olmos provoca una auténtica
explosión cromática con su interpretación plástica de
las obras poética y musical: sus animales proceden de
un mundo imaginario donde las perspectivas y los
tamaños se ven con otros ojos. El oso, el leopardo, la
mariposa o el escarabajo los convierte en músicos de
una orquesta muy especial en la que el joven lector
es el dueño de la batuta.

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