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Características del producto

Características principales

Origen
México
Valor del billete
20
Año de lanzamiento
1914

Otras características

Nombre del diseño
Gobierno Provisional

Descripción

El ocaso del primer sistema bancario

El movimiento revolucionario asestó sendos golpes al sistema bancario, el cual había sido debilitado previamente por las problemáticas económicas acaecidas hacia el final del porfiriato, por lo que algunos bancos cerraron. A pesar de esto, la mayoría se mantuvo en pie y , durante el gobierno de Francisco I. Madero la relación entre la banca y el gobierno no mutó drásticamente, prueba de ello es que Banamex siguió fungiendo como el banco del estado, como lo había sido durante el Porfiriato.

En febrero de 1913 estalló el cuartelazo que acabó con el gobierno y la vida de Francisco I Madero, presidente constitucional de México, y permitió el ascenso al poder de Victoriano Huerta. Ese acontecimiento marco el comienzo del desmoronamiento del sistema bancario porfirista, entonces integrado por 24 bancos de emisión, cinco refaccionarios y tres hipotecarios. Todos habían sufrido del algún modo el impacto en la economía provocado por revolución maderista, que comenzó en 1910 y culminó con la llegada de Madero a la presidencia en noviembre de 1912. Por razones que se desconocen, el banco más afectado fue el Banco Central Mexicano, el tercero por el tamaño de su capital, que en diciembre de ese año estuvo al borde de la quiebra. En 1913 se produjo una crisis de balanza de pagos y bancaria que comenzó con la huida de capitales tras el cuartelazo y culminó a finales de ese año con un pánico bancario que hizo inevitable el establecimiento del curso forzoso. De nuevo, el banco más afectado fue el ya debilitado Central Mexicano, que se declaró en suspensión de pagos, con efectos sistémicos por el lugar que tenía en el sistema.

La guerra continuó con gran intensidad en 1914 y en 1915. Se acompañó por una hiperinflación provocada por la enorme cantidad de emisiones de papel moneda revolucionario. En 1914 se produjo el triunfo de los revolucionarios sobre Huerta, pero en 1915 los ejércitos revolucionarios regresaron a los campos de batalla para enfrentarse entre sí. El triunfo correspondió a los constitucionalistas, encabezados por Venustiano Carranza, permitiendo que retomara el control del poder ejecutivo. El nuevo gobierno impuso el papel moneda revolucionario como medio legal de pago en todo el país. Los bancos dejaron de emitir billetes. En 1916 la inflación continuó tras la tentativa del gobierno de poner en circulación una nueva emisión de billetes “infalsificables”, con la cual pensaba retirar todo el papel moneda revolucionario en circulación. El experimento fracasó, obligando al gobierno a regresar al patrón monetario metálico. A finales de 1916, cuando todo había acabado para el papel moneda, Carranza sentó a los bancos de emisión en el banquillo sobre todo por haber otorgado préstamos al usurpador. Les impuso un Conejo de Incautación y los obligó a operar con las puertas cerradas al público. En esa circunstancia permanecieron del 15 de diciembre de 1916 al 31 de enero de 1921. Los bancos incautados sufrieron, además, la imposición de una serie de préstamos al gobierno que acabaron con sus reservas metálicas. En febrero de 1917 se aprobó la nueva Constitución, con una reforma al artículo 28, que establece la creación de un banco único de emisión, controlado por el gobierno, que sustituiría en esa función a los bancos privados. En los años siguientes se presentaron en el Congreso un número importante de proyectos para crear el banco único de emisión, algunos enviados por Carranza y por Obregón, sin que ninguno de ellos lograra la aprobación de los legisladores.

Cuando Obregón devolvió los bancos a sus dueños, de los 24 bancos de emisión solo 5 pudieron reabrir sus puertas al público. Al deterioro de sus carteras de crédito se agregaba la deuda a cargo del gobierno, tanto de los préstamos otorgados a Huerta como los que les impuso Carranza. El gobierno de Obregón reconoció la problemática de los bancos desde el decreto del 31 de enero de 1921 con el cual puso fin a la incautación. En 1924 organizó una Convención Bancaria para tratar esos asuntos y para preparar una reforma a la ley bancaria, que se publicó al final de ese año. Con los bancos firmó convenios en los que reconocía una parte de los adeudos y se obligaba a pagarlos en los años siguientes. En los hechos ningún banco recuperó la totalidad de la deuda a cargo del gobierno. Para la mayoría, esa circunstancia resultó letal. La Comisión Nacional Bancaria publicó en 1928 la lista de los bancos en liquidación. Ahí se encontraban 18 de los 24 bancos emisión, dos los cinco bancos refaccionarios (entre ellos el Central Mexicano) y uno de los bancos hipotecarios. Los ocho bancos de emisión que permanecieron con vida fueron: el Nacional de México, de Londres y México, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León, Estado de México, Mercantil de Monterrey y Occidental de México.

En agosto de 1925 se fundó el Banco de México, con el monopolio de emisión de billetes aprobado en la Constitución de 1917. De ese modo se cumplió con el proyecto más importante de la reforma bancaria constitucionalista, anunciado por Carranza el 23 de septiembre de 1913 en el Cabildo de Hermosillo, cuando dijo que al triunfo de la revolución, se establecerá un banco único de emisión, con el mandato de orientar el crédito bancario en función de los intereses de la Nación. En poco tiempo, el Banco de México se convirtió en un banco central moderno, con todas las funciones inherentes a esa condición.

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